viernes, 25 de septiembre de 2009

Walking In Your Footsteps


ME HE EXTRAVIADO terriblemente en el laberinto de las obligaciones y me he tomado la licencia de no bloggear… Ja! Este verbo me parece aún desconocido, pues para mi primitiva jerga hasta hace poco me era completamente ajeno. La verdad es que no sólo se ha tratado de el trabajo, que cierto, he tenido mucho. Sino que pasé por una fase de completa sequía temática para postear algo siquiera de mínimo interes.
Y no es precisamente que hoy esa sequía haya llegado a su fin. Quizá sea la lluvia, las complicaciones, el modo de 'i got fading roots' en que me manejo este día… no sé, pero retomo este blog con la intención de no soltarlo de nuevo.
Me encantan estos días lluviosos. Me remiten a mis mejores tiempos de adolecente. Cuando salíamos a jugar, mis amigos y yo, bajo la lluvia. Tenía yo dos pares de tenis por que forzosamente tenía que dejar secar un par al menos un día para volverlos a usar en esas divertidas cáscaras todas las tardes. Después de la cáscara y del obligado duchazo, nos veíamos para ver la TV juntos y tomarnos un café, un chocolate caliente.
Cuanto han cambiado las cosas desde entonces. Lo más extraño es que la nostalgia que me invade cuando las tardes lluviosas raya casi en… bueno, muchas veces he pensado que soy depresivo por gusto. Como buen tauro, mis momentos mas creativos también han sido los de mas profunda depresión. No es que lo disfrute, pero tampoco es un sentimiento que se aleje demasiado de ese estadío.
Vivimos momentos complicados. Dificiles. Muere Saramago, Monsiváis… politicos y funcionarios públicos asesinados, la delicuencia parece tomar la delantera, los malos no pierden, México fuera del mundial debido a una chapuza, el desempleo rebasandonos, gente que ya no se preocupa por la gente y en medio de todo esto un desastre ambiental en el golfo de México sin comparación en la época moderna.
Cuando veo las imágenes que muestran las nefastas consecuencias de este pequeño accidente, me pregunto ¿cuánto nos falta hacer para terminar con la vida? ¿Seremos capaces de dar con nuevas formas para acabar con este mundo? A mi me dan ganas de romper en llanto cuando pienso el daño que hemos sido capaces de hacer a nuestro entorno.
No podía dejar de decirlo. Simplemente es algo que no soy capaz de seguir callando como si nada sucediera.
Finalmente, es cierto. Hubo un crimen, existe una victima, sabemos el culpable y también conocemos el castigo.