jueves, 13 de agosto de 2009

Acteal o De La Moderna Versión A La Comedia De Las Equivocaciones


¿QUIÉN ES CULPABLE? ¿La persona que descarga el golpe fatal o quién deposita en su mano el arma con que se comete el atentado? Me considero un ente apolítico– no en lo absoluto, si en lo relativo–, cumplo cabalmente con mi compromiso con la nación los días de elecciones ejerciendo mi derecho de voto y procuro estar al tanto del acontecer político-social de mi país. Por ende, me resulta inevadible el comentar un hecho que hoy día me llena de repudio y asco por las altas autoridades que nos gobiernan.
El día de ayer, al tiempo que, casualmente, los mexicanos celebrabamos un triunfo– enorme–, de la selección nacional de fútbol sobre el representativo de Estados Unidos, la Suprema Corte de Justicia decretaba la libertad inmediata e incondicional de una veintena de indígenas, acusados de masacrar a 45 personas en 1997, debido a irregularidades en los procesos judiciales emprendidos en su contra.
Dieciocho menores, 14 de ellos, niñas, 22 mujeres– 4 de ellas embarazadas–, y 6 hombres fueron abatidos, no por balas y machetes, sino por un poder que descargó un ataque brutal sobre ellos, asistido por la ignorancia y valiendose de el fanatismo de un grupo de personas.
'No se enmienda una equivocación cometiendo otra'. Y lo que verdaderamente me llena de pavor. Es la idea de vivir en un estado donde de un momento a otro, ya no existen culpables, aún cuando está claro que hubo un delito. Por que– si es cierto–, y autenticamente hacen agua los procesos que llevaron a estas personas a prisión durante 11 años. ¿Donde están aquellos que, con premeditación, alevosía y ventaja, mintieron y crearon una cortina de humo que acabaría por hundir a inocentes al tiempo que absolvía de culpa a los verdaderos responsables?
Fabricación de pruebas, manipulación de testigos, invención de culpables e, incluso, móviles son términos con los que nos codeamos a diario. Recién experimentamos una tragedia nueva en nuestro país, de diferente índole, pero de igual magnitud, cuando en Hermosillo, Sonora, decenas de infantes encontraron la muerte abrasados en el infierno que resultó ser la guardería donde sus madres los confiaban a los cuidados de personal avalado por el Instituto Mexicano del Seguro Social. Habrá que tener presente lo sucedido en Acteal y la resolución distaminada por la Suprema Corte de Justicia el día de ayer. No vaya siendo que dentro de diez años, nos vuelvan a desplegar toda una telenovela creada alrededor de este triste suceso y tengamos una nueva comedia de las equivocaciones.
Inocentes inventados incluidos.
Por eso digo que soy apolítico.

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