martes, 21 de julio de 2009

Cuando decides evitar tomar una decisión


ANOCHE, NO RECUERDO la forma, pero ví a mi papá en sueños. Es extraño pero todas las noches que lo sueño, se aparece como una persona sana. Con dos rodillas funcionales y completas. Distinto a la realidad. A veces pienso que esta enfermedad de mi papá acaba de a poco con algo más que su articulación. Se me convierte como en una obsesión, algo que desearía cambiar y que en mis manos no está hacerlo.
El 7 de diciembre de 2006, hace ya más de dos años y medio y después de una serie de avisos ignorados por mi papá, sufrió una caída que fue el parteaguas entre una y otra realidad. Un tumor de células gigantes, de carácter benigno, alojado en su rodilla izquierda y que se alimentó de su tejido óseo había debilitado su articulación y esta no lo soportó más. Ignoraba, la noche que recibí la llamada de casa que avisaba del accidente, cuánto cambiaría mi vida a partir de ese instante.
Mi papá siempre ha sido una persona activa. Iba y venía de la oficina, asistía a citas con clientes y siempre daba esa apariencia impecable que dan los papás. Siempre ocupado y de prisas, pareciera que la vida se le iba en atender auditorias y declaraciones fiscales, tenía yo 17 años cuando estudió una segunda carrera y se convirtió en abogado fiscalista.
Hace más de dos años y medio que mi papá tiene que emplear muletas para desplazarse. Parece exageración pero esta discapacidad le ha restado clientes y fuentes de trabajo. De repente, ya no es tan hábil para llevar asuntos legales, ya no puede ir y venir de los juzgados. Mi papá ha pasado ser una persona completamente distinta a quién en realidad fue, o tal vez yo me confundí y nunca conocí quién era él en realidad. Es esta realidad una mentira o era falso el papá que tuve cuando joven.
La recomendación de los médicos es tajante. Habría que amputar la extremidad cuatro pulgadas arriba de la rodilla. Su articulación, de hecho, ya no está ahí. El sitio donde se encontraba es ocupado ahora por una protesis que el cuerpo no aceptó. Sin embargo mi papá ha querido conservar su pierna con el riesgo que una infección, originada por el rechazo de la protesis, alcance la corriente sanguínea y esto derive en una crisis que podría costarle, incluso, la vida.
Es el momento en que él tiene que tomar una decisión importante. El tiempo pasa y los días se suceden unos a otros. Pasado mañana irá a consulta y los médicos no pueden esperar más. De hecho, ellos podrían esperar una eternidad. Quién no puede esperar más es mi papá...
Una canción de Rush rezaba 'si eliges no tomar decisiones, haz tomando ya tu primer decisión'

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